¿PIN PARENTAL? HUYAMOS DE LOS EXTREMISMOS.
Por Gabriel Wüldenmar Ortiz
Escribe Ana Zamorano Daza:
"Pin parental:
- Padres republicanos: Cuando en historia se hable de reyes y
monarquía, mi hijo no va.
- Padres comunistas: Cuando en clase hablen del sistema capitalista, mi
hijo no va.
- Padres monárquicos: Cuando en clase hablen de repúblicas, mi hijo no
va.
- Padres capitalistas: Cuando en clase hablen de sistemas comunistas, mi
hijo no va.
- Padres ateos: Cuando en clase de filosofía o historia, se hablen de las
diferentes religiones o creencias o concepto de Dios, mi hijo no va. Ni
participa en fiestas religiosas, ni ayuda a montar belenes.
- Padres religiosos: Mi hijo no tiene que escuchar ni estudiar a
filósofos ateos.
- Padres anarquistas: Si la policía da una charla, mi hijo no va.
- Padres patriotas: Mi hijo no celebra el día de Andalucía, solo el de la
reconquista de España.
- Padres nacionalistas: Mi hijo solo celebra el día de Andalucía.
- Padres homófobos: Mis hijos no van a charlas LGTBI.
- Padres machistas: Mis hijos no van a charlas de igualdad de género.
- Padres veganos: Cuando hablen de dietas donde se incluya la carne,
pescado, etc, mi hijo no va que le adoctrinan.
- Padres negacionistas del cambio climatico: Mi hijo no va a charlas
medio ambientales... Hasta el infinito, y sin sentido alguno…
Ahora todo el mundo somos docentes, expertos en pedagogía y en leyes de
educación, psicoterapeutas, etc. y bomberos toreros! El que quiera que sus
hijos vivan en una burbuja que paguen el recipiente...es decir, espacios
privados, educación privada y sin problema."
Ana tiene razón. Los partidarios del PIN parental, dicen que no se debe
manipular a los niños hablándoles de ciertos temas...pero ¿qué es manipular?
¿enseñar contenidos que no le gustan al que habla de manipulación? Si en el
colegio se enseñan sólo asignaturas, y la enseñanza de cuestiones morales y
valores deben quedar para la casa ¿no pueden decir lo mismo los enemigos de la
religión en el colegio? ¿Qué ocurre si un padre ateo quiere usar un pin
parental para que en filosofía su hijo no entré a clase el día que enseñen a
San Agustín o a Santo Tomás? ¿Y si un padre protestante fundamentalista o
testigo de Jehová se niega a que a su hijo le enseñen la evolución de las
especies en clase de ciencias? Todo esto del pin parental puede desembocar en
una educación a la carta, en una locura...
¿Estoy exagerando o exagera Ana? No. De hecho, el pin parental lleva
cuatro meses en Murcia y ya se está usando para bloquear la asistencia a
asuntos que nada tienen que ver con la ideología de género, tales como charlas
de higiene personal, reciclaje, cuentacuentos, moda sostenible del s. XXI...
absurdo.
Por otra parte, considero que los contenidos educativos no deben dejar de
lado la importante e ineludible cuestión de la sexualidad (reproducción,
enfermedades, fisiología, emociones) y la formación en el respeto (y
reconocimiento pleno de sus derechos civiles sin ninguna clase de discriminación) hacia las personas cuya identidad
biológico-sexual no coincide con su identidad psicológica de género
autopercibida.
Por cierto, para ejercer ese respeto no es necesario erigir su situación
en algo modélico, algo deseable, que se debe adoptar, hasta el punto de
confundir a los niños en la autopercepción de su género y condición sexual. Una
cosa es desdramatizar, desestigmatizar, respetar, acoger, apoyar a las personas
cuya identidad biológico-sexual no coincide con su identidad psicológica de
género autopercibida, y otra cosa muy distinta es fomentar y adoptar esta
situación entre personas (niños) que se están formando aún en su autoconcepto.
Sin que la disonancia de género sea, de ninguna manera en absoluto, una
enfermedad, una vergüenza o un estigma, hay que decir claramente que lo normal
(en el sentido no peyorativo de mayoritario) y lo natural (en el sentido
exclusivamente biológico, sin calificativos morales) en nuestra especie es que
existan dos sexos (mujer y hombre) y que nuestra identidad biológico-sexual
coincida, sin confusión ni distorsión, con nuestra identidad psicológica de
género autopercibida (ej.: biológicamente soy macho, psicológicamente me
identifico con el género masculino)
Por otra parte, entiendo perfectamente a los padres que quieren que esos
contenidos sobre sexualidad y género sean adecuados a la edad de sus hijos, a
su grado de madurez psicológica, moral y física. Sin crudeza, sin enseñarles
cosas que no necesitan saber a edades tempranas, evitando llegar a límites que
lindan con la corrupción de menores (como se ha llegado a hacer).
Y, por supuesto, como defendíamos en otro post, cabe exigir que se enseñe
teniendo en cuenta que "el sexo es un acto de comunicación integral y
armónico entre dos seres humanos implicando a toda su humanidad, es decir, su
parte corporal, su parte psicológica-relacional (personalidad, conductas) y su
parte espiritual-trascendente-moral. El sexo no puede concebirse sin amor,
porque dejaría de ser un acto de encuentro entre dos personas, quedaría
mutilado y deshumanizado. Por ello, exige valores de nobleza, sinceridad y
compromiso. Lo principal es la persona". Es saludable que los padres estén
vigilantes contra una visión deshumanizadora materialista que, como decíamos,
"se esfuerza en combatir los valores de la visión espiritual del
amor" y cuyo objetivo es "eliminar todo lo espiritual del terreno
amoroso - viejo patrimonio del alma, de lo ético y de lo subjetivo - y
reducirlo a lo sexual, a lo bioquímico y lo genético."
¿Entonces? Pues pin parental, no; educación sexual y de género para el
respeto, sí, pero 1) con contenidos adecuados a la situación y nivel alumno, 2)
sin crearles confusión sobre su propia identidad ni incitarles a ser lo que no
son (por respetables que puedan ser otras opciones), 3) sin desatender las
dimensiones morales, sentimientos, valores, responsabilidad, emocionales,
espirituales, etc. Por tanto se requiere una activa colaboración, diálogo,
consenso y acuerdo sobre este tipo de contenidos en el seno de la comunidad
educativa entre los padres, los especialistas expertos, los profesores, la
administración y el alumnado (si ha lugar). De ahí saldrá una solución, si
queremos.
Para saber más…
Materialismo, amor y sexo:
Problemas éticos