viernes, 1 de octubre de 2021

Europa, cada vez menos creyente. ¿Cuáles son las causas?

 Europa, cada vez menos creyente. ¿Cuáles son las causas? Por Gabriel Wüldenmar

Por primera vez desde que se realizan encuestas sobre el pensamiento religioso en Francia, una mayoría de personas, el 51%, se declara agnóstica o atea. Eran el 44% en 2011 y el 34 % en 1947, por lo que se confirma la progresión de la incredulidad. Europa entera está apostatando y rechazando sus raíces.” 

Así leemos en un medio de comunicación online. El efecto de secularización, el alejamiento de la fe en Dios por parte de la sociedad, ha sido señal
ado desde hace décadas por la Iglesia, entre otros por Juan Pablo II, que habló de la necesidad de "reevangelizar Europa". No nos pilla de sorpresa. Hace tiempo que sabemos que el catolicismo (que sigue creciendo a nivel planetario) tendrá su centro de gravedad poblacional en Latinoamérica (donde su mayor amenaza es el crecimiento de las sectas protestantes) y en África Subsahariana (o África Negra, donde la mayor amenaza es el Islam). Por eso se ha llegado a decir que Occidente será reenvangeliados por los pobres.

Pero ¿cuáles son las causas de la descristianización de Europa?

1) No en toda Europa el efecto es tan agudo. Por ejemplo, en el mundo Cristiano Ortodoxo (Iglesias Apostólicas de Oriente), o la llamada Europa del Este, el efecto es bastante menor. El cristianismo ha crecido mucho en los países que se liberaron de la férula comunista (con la excepción de la antigua Checoeslovaquia, probablemente el país más ateo de Europa). En Europa Occidental, Reino Unido y Francia han sido los mayores exponentes del ateísmo desde el s, XIX (y Francia antes, con la Ilustración, que más que atea era deísta) porque han asumido posturas culturales y modas secularizantes, cientificismo, ideología marxista, masonería liberal, etc. Aún así, el fenómeno del ateísmo se restringía a las grandes ciudades y a los círculos "ilustrados". El grueso de los creyentes eran las masas campesinas y la derecha afecta al Antiguo Régimen (monárquicos, nacionalistas, conservadores).

2) Existe una correlación (salvo es casos especiales como Estados Unidos, a favor de la creencia, o en China, el país más ateo del mundo) entre el nivel socioeconómico alto y la increencia, y el nivel socioeconómico bajo y la creencia. Y no es, como presumen los ateos, porque a mayor acceso a la educación, la ciencia y la cultura se debilite la idea de Dios (puesto que los grandes padres de la ciencia y la filosofía han sido creyentes sin problemas; otra cosa es que se manipule la cultura, como la psicología, la antropología, el cine... desde el materialismo para expulsar a Dios).

En los países enriquecidos, debido a la presión constante de la propaganda del sistema, con sus valores consumistas, materialistas, egoístas, hedonistas, individualistas, capitalistas, etc., la sociedad se aleja de Dios. La vida es cada vez más urbana y artificial, alejada de la contemplación de naturaleza, obra del Creador. La gente tiende a "confiar sólo en sí misma" cuando tiene sus necesidades satisfechas y una vida cómoda. No ve la necesidad de Dios (como si Dios tuviera que existir y recibir adoración en función de nuestras necesidades y de Su utilidad para nosotros). Este cáncer cultural se extiende también sobre los países empobrecidos, donde la relación con Dios se convierte en groseramente mercantilista (ej.: las "iglesias" de la prosperidad protestantes): “estoy con Dios porque me dará mágicamente dinero, coches, éxito, protección, suerte... Todo ajeno al Evangelio”.

3) Lo que ocurre en países en Francia (gran emporio de la masonería liberal) y en otros lugares es el resultado de una vida materialista, un ambiente cultural-académico adverso, décadas de propaganda materialista-hedonista incesante en los medios de comunicación (si antes eran las ideas marxistas las que apartaban a las clases populares de la fe, ahora lo son sobre todo las ideas capitalistas-burguesas hedonistas).

4) Hay factores eclesiales y socio-eclesiales que han contribuido a la descristianización:

a) Uno es el "freno" y la "marcha atrás" que realizó la Iglesia tras el "aggiornamento" del Concilio Vaticano II. Esta ola neo-conservadora empezó tímidamente con Pablo VI ("freno") y culminó con la "marcha atrás" de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Esto ha ido alejando la Iglesia de la gente y favoreciendo la vieja ecuación tradicional "soy de derechas o conservador = soy creyente... soy de izquierdas o progresista = soy ateo". Esta ola neoconservadora nos resulta a muchos desagradable desagradable (por ejemplo, el neoconservadurismo "cristiano" estadounidense de "Dios me manda invadir naciones y justifica mis guerras y negocios crueles").

b) Otro factor son los escándalos, primero financieros y luego sexuales, que han afectado a la Iglesia y que han hecho muchísimo daño. Más del que podemos imaginar. Este factor ha sido aireado a los cuatro vientos para magnificarlo, con toda intención, salpimentándolo con alguna que otra calumnia.

c) Citemos la fricción entre la doctrina moral de la Iglesia y las "causas modernas" supuestamente progresistas, bendecidas y propagadas por el sistema hasta la saciedad (aborto, ultra-feminismo, anticoncepción, derechos LGTBI+). Eso ha hecho parecer a la Iglesia asociada a la represión, lo anticuado, la mojigatería, etc. Y se ha puesto mucho esfuerzo en proyectar esta imagen silenciando y deformando, cuando no censurando, la postura cristiana.

d) Consideremos también la irrupción de la propaganda ocultista de la Nueva Era, con sus proclamas panteístas (Dios es una mera energía, el universo) y egoteísta (Dios somos cada uno de nosotros) basada en el experiencialismo (no necesitamos iglesias ni jerarquía, lo importante son mis experiencias), las nuevas religiones (neopaganismo, neobrujería, dioses extraterrestres, gurús). Este factor, marginal en otro tiempo, tiene cada vez más fuerza.

e) Otros factores se deben a la propia evolución de la sociedad y la política, y empezaron su trabajo de desgaste desde hace muchísimos años. Nos referimos, fundamentalmente, al menor papel de la religión Iglesia en la sociedad, el estado, la educación o la cultura.

Por otra parte, desde el punto de vista teológico, pues... bueno, sabíamos que esto iba a llegar. El Señor Jesús explicó que el cristianismo empezaría siendo pequeño como un grano de mostaza (el grupito de seguidores y amigos de Jesús, que no superaría, siendo optimistas, los pocos centenares) pero se convertiría en un enorme árbol donde vendrían a anidar toda especie de aves (es decir, gentes de todas las culturas del mundo, de Oriente y Occidente...). Sin embargo, cuando estuviera cerca la Segunda Llegada del Cristo, para entonces, la fe se habría debilitado extraordinariamente, casi a punto de desaparecer. Por eso, Cristo dice: "Cuando venga el Hijo del Hombre ¿encontrará aún fe sobre la Tierra?"

Hay que tener en cuenta también el ambiente socio-espiritual en el que inciden los mencionados factores. Estos factores hacen verdaderas masacres en las filas de los creyentes no sólo porque el ser humano es extraordinariamente manipulable y moldeable mediante la propaganda, sino porque la mayoría de los creyentes ya tenían una fe muy débil, meramente social-costumbrista; en la vida práctica eran ya ateos o perezosos intelectuales, carecían de formación-estudio y entrenamiento-endurecimiento muscular en la fe.

La fe hay que regarla y fortalecerla, practicarla no meramente mediante rituales y costumbres, sino fortalecerla mediante sus tres pilares: conocimiento de Dios (incluyendo los argumentos poderosos de su existencia, etc.), virtud en la vida diaria (ética privada y pública, compromiso solidario) e intimidad con Dios (oración, meditación, mística). Sin esos tres elementos, llega la tormenta y desarraiga fácilmente. Lo bueno de todo esto es que después de esta “selección darwiniana” que elimina a los menos fuertes en la fe, quedan en pie los sinceros, los formados, los comprometidos.

En La Casa de la Sabiduría nos especializamos en el diálogo y re-evangelización de corrientes nueva era o neopaganas, y corrientes materialistas como ateísmo y agnosticismo, etc. 

Visítanos en: https://lacasadelasabiduria.com/obras.php

miércoles, 6 de enero de 2021

¿CONSPIRACIONES REALES O CONSPIRANOIA?

¿CONSPIRACIONES REALES O CONSPIRANOIA? (por Gabriel Wüldenmar Ortiz)


Estamos en un mundo de cambios, cada vez más incierto y extraño, en una sociedad anómica donde las religiones ya no se consideran, para muchos, puntos de referencia y seguridad espiritual y moral, así que la gente, que necesita esos puntos de referencia para entender la realidad,  simplemente fabrica nuevas religiones (muy oportunamente basadas en una versión cosmo-tecnológica de la realidad, como el culto a anunakis, reptilianos, etc.) y teorías de la conspiración que nos den referencias para entender lo que está pasando y hacia dónde vamos, que divide el mundo de manera clara y distinta entre "buenos" y "malos", o entre "despiertos" y "borregos" (una reacción psicológica simplificadora y aclaradora ante la irritante confusión de actores e intereses que participan en el juego del mundo).

Estas teorías sin evidencia seria, desquiciadas y desquiciantes, apelan a emociones básicas (¡éxito garantizado!) como el miedo, el resentimiento hacia el poder, el odio a los diferentes (sentimiento tribal), la posesión absoluta de la verdad, etc. Nace así la "Conspiranoia". El término "conspiranoia" se define como la "tendencia a interpretar determinados acontecimientos como fruto de una conspiración". Desgraciadamente, esta definición es imprecisa; no permite diferenciarla de la legítima investigación de las conspiraciones. Aclaremos que, por supuesto, las conspiraciones, los manejos de las élites, las ocultaciones y la adulteración de la historia existen y pueden estudiarse, pero en ese caso, deben documentarse de manera seria y objetiva, y suelen ser mucho más mundanas y menos fantásticas ¡pero mucho más reales y mortíferas! que las teorías de la conspiranoia. 

Desde la psicología clínica podemos intentar una definición más rica y precisa de la "conspiranoia". Para nosotros, la conspiranoia es una especie de trastorno psicosocial -forma de paranoia social- en que se experimentan varios de estos síntomas: 

1) Creencia en conspiraciones inverosímiles, en relaciones obsesivas e ilusorias entre asuntos no relacionados en realidad.
2) Se cree que los críticos son, en realidad, parte de la conspiración.
3) Se experimenta una visión de amenaza constante, un sentimiento de ser dominados y perseguidos.
4) Se realiza una búsqueda obsesiva de confirmación de nuestras ideas previas; se selecciona sólo la información favorable (Cherry Picking) a la propia tesis conspirativa.
5) La tesis se construye con información fragmentaria, mal entendida y fuera de contexto.
6) Se actúa con fanatismo (a veces agresivo) hacia quien cuestiona o simplemente no comparte nuestras creencias.
7) Tendencias neofascistas y sectarias.
8) Se sufre incapacidad de razonar (creencia irreductible al razonamiento y la evidencia opuestos).
9) Se exhibe una mentalidad con ideas rígidas y recurrentes (una y otra vez sobre el mismo tema).
10) Sospecha permanente hacia todo y todos (personas e instituciones nos engañan siempre).
11) Se creen y consumen anuncios catastróficos.
12) Se experimenta un sentimiento de ser "despiertos", "superiores", héroes incomprendidos frente a una masa de seres inferiores, etc.

Pero ¿por qué la gente se adhiere al conspiracionismo?

En primer lugar, porque les hace sentirse bien consigo mismos (soy especial, soy rebelde o despierto, soy superior a esos "borregos", tengo la verdad) y apoyados por un grupo de referencia (los que comparten mi conspiranoia me apoyan y me ayudan a definir quién soy).

En segundo lugar, proporcionan referencias (falsas, pero eso no importa) en un mundo confuso y desorientado.

En tercer lugar, proporcionan sensación de seguridad y control (sé lo que está pasando, sé a dónde vamos, sé lo que debo hacer o votar, estaré entre los salvados, etc.).

En cuarto lugar, hacen mi anodina vida algo interesante (tengo la misión de iluminar, de despertar a los demás, soy mejor que ellos, dejo de ser un anónimo y fracasado para ser un nuevo "profeta").

En quinto lugar me indican a quién odiar, contra quién desahogarme, quiénes son los "malos" en quién proyectar mi frustración, los culpables de todos mis males (los comunistas globalistas, los masones, los anunaki, los reptilianos, el rico tal o cual, la familia millonaria X, los fabricantes de las vacunas, los responsables de los chemtrails, los que ocultan que la Tierra es plana...).

¿Los remedios ante esta epidemia psicosocial? Más educación, más divulgación científica, más fomentar el espíritu crítico (que la sociedad de consumo desea debilitar), combatir los bulos con datos y con debates más abiertos, más transparencia institucional y empresarial, más justicia social, adecuación del mensaje de las religiones y moral tradicionales a las necesidades del ser humano actual, una sociedad más fraterna, empática y menos individualista, donde nos sintamos menos solos y aislados, que nos de referencias sociales, ecológicas y espirituales, un retorno a Dios sin fronteras culturales ni exclusiones.

Para saber más: https://lacasadelasabiduria.com/obras.php