Europa, cada vez menos creyente. ¿Cuáles son las causas? Por Gabriel Wüldenmar
Así leemos en un medio de comunicación online. El efecto de
secularización, el alejamiento de la fe en Dios por parte de la sociedad, ha
sido señal
ado desde hace décadas por la Iglesia, entre otros por Juan Pablo II,
que habló de la necesidad de "reevangelizar Europa". No nos pilla de
sorpresa. Hace tiempo que sabemos que el catolicismo (que sigue creciendo a nivel planetario) tendrá su centro de
gravedad poblacional en Latinoamérica (donde su mayor amenaza es el crecimiento
de las sectas protestantes) y en África Subsahariana (o África Negra, donde la
mayor amenaza es el Islam). Por eso se ha llegado a decir que Occidente será
reenvangeliados por los pobres.
Pero ¿cuáles son las causas de la descristianización de Europa?
1) No en toda Europa el efecto es tan agudo. Por ejemplo, en el mundo
Cristiano Ortodoxo (Iglesias Apostólicas de Oriente), o la llamada Europa del
Este, el efecto es bastante menor. El cristianismo ha crecido mucho en los
países que se liberaron de la férula comunista (con la excepción de la antigua
Checoeslovaquia, probablemente el país más ateo de Europa). En Europa
Occidental, Reino Unido y Francia han sido los mayores exponentes del ateísmo
desde el s, XIX (y Francia antes, con la Ilustración, que más que atea era
deísta) porque han asumido posturas culturales y modas secularizantes,
cientificismo, ideología marxista, masonería liberal, etc. Aún así, el fenómeno
del ateísmo se restringía a las grandes ciudades y a los círculos
"ilustrados". El grueso de los creyentes eran las masas campesinas y
la derecha afecta al Antiguo Régimen (monárquicos, nacionalistas,
conservadores).
2) Existe una correlación (salvo es casos especiales como Estados
Unidos, a favor de la creencia, o en China, el país más ateo del mundo) entre
el nivel socioeconómico alto y la increencia, y el nivel socioeconómico bajo y
la creencia. Y no es, como presumen los ateos, porque a mayor acceso a la
educación, la ciencia y la cultura se debilite la idea de Dios (puesto que los
grandes padres de la ciencia y la filosofía han sido creyentes sin problemas;
otra cosa es que se manipule la cultura, como la psicología, la antropología,
el cine... desde el materialismo para expulsar a Dios).
En los países enriquecidos, debido a la presión constante de la propaganda
del sistema, con sus valores consumistas, materialistas, egoístas, hedonistas,
individualistas, capitalistas, etc., la sociedad se aleja de Dios. La vida es cada
vez más urbana y artificial, alejada de la contemplación de naturaleza, obra
del Creador. La gente tiende a "confiar sólo en sí misma" cuando
tiene sus necesidades satisfechas y una vida cómoda. No ve la necesidad de Dios
(como si Dios tuviera que existir y recibir adoración en función de nuestras
necesidades y de Su utilidad para nosotros). Este cáncer cultural se extiende
también sobre los países empobrecidos, donde la relación con Dios se convierte
en groseramente mercantilista (ej.: las "iglesias" de la prosperidad
protestantes): “estoy con Dios porque me dará mágicamente dinero, coches,
éxito, protección, suerte... Todo ajeno al Evangelio”.
3) Lo que ocurre en países en Francia (gran emporio de la masonería
liberal) y en otros lugares es el resultado de una vida materialista, un ambiente
cultural-académico adverso, décadas de propaganda materialista-hedonista
incesante en los medios de comunicación (si antes eran las ideas marxistas las
que apartaban a las clases populares de la fe, ahora lo son sobre todo las
ideas capitalistas-burguesas hedonistas).
4) Hay factores eclesiales y socio-eclesiales que han contribuido a la
descristianización:
a) Uno es el "freno" y la "marcha atrás" que realizó
la Iglesia tras el "aggiornamento" del Concilio Vaticano II. Esta ola
neo-conservadora empezó tímidamente con Pablo VI ("freno") y culminó
con la "marcha atrás" de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Esto ha ido
alejando la Iglesia de la gente y favoreciendo la vieja ecuación tradicional
"soy de derechas o conservador = soy creyente... soy de izquierdas o
progresista = soy ateo". Esta ola neoconservadora nos resulta a muchos desagradable desagradable (por ejemplo, el neoconservadurismo
"cristiano" estadounidense de "Dios me manda invadir naciones y
justifica mis guerras y negocios crueles").
b) Otro factor son los escándalos, primero financieros y luego sexuales,
que han afectado a la Iglesia y que han hecho muchísimo daño. Más del que podemos imaginar. Este factor ha sido
aireado a los cuatro vientos para magnificarlo, con toda intención, salpimentándolo con alguna que otra calumnia.
c) Citemos la fricción entre la doctrina moral de la Iglesia y las
"causas modernas" supuestamente progresistas, bendecidas y propagadas
por el sistema hasta la saciedad (aborto, ultra-feminismo, anticoncepción,
derechos LGTBI+). Eso ha hecho parecer a la Iglesia asociada a la represión, lo
anticuado, la mojigatería, etc. Y se ha puesto mucho esfuerzo en proyectar esta
imagen silenciando y deformando, cuando no censurando, la postura cristiana.
d) Consideremos también la irrupción de la propaganda ocultista de la
Nueva Era, con sus proclamas panteístas (Dios es una mera energía, el universo)
y egoteísta (Dios somos cada uno de nosotros) basada en el experiencialismo (no
necesitamos iglesias ni jerarquía, lo importante son mis experiencias), las
nuevas religiones (neopaganismo, neobrujería, dioses extraterrestres, gurús).
Este factor, marginal en otro tiempo, tiene cada vez más fuerza.
e) Otros factores se deben a la propia evolución de la sociedad y la
política, y empezaron su trabajo de desgaste desde hace muchísimos años. Nos
referimos, fundamentalmente, al menor papel de la religión Iglesia en la sociedad, el
estado, la educación o la cultura.
Por otra parte, desde el punto de vista teológico, pues... bueno, sabíamos que esto
iba a llegar. El Señor Jesús explicó que el cristianismo empezaría siendo
pequeño como un grano de mostaza (el grupito de seguidores y amigos de Jesús,
que no superaría, siendo optimistas, los pocos centenares) pero se convertiría
en un enorme árbol donde vendrían a anidar toda especie de aves (es decir,
gentes de todas las culturas del mundo, de Oriente y Occidente...). Sin
embargo, cuando estuviera cerca la Segunda Llegada del Cristo, para entonces,
la fe se habría debilitado extraordinariamente, casi a punto de desaparecer.
Por eso, Cristo dice: "Cuando venga el Hijo del Hombre ¿encontrará aún fe
sobre la Tierra?"
Hay que tener en cuenta también el ambiente socio-espiritual en el que inciden
los mencionados factores. Estos factores hacen verdaderas masacres en las filas
de los creyentes no sólo porque el ser humano es extraordinariamente
manipulable y moldeable mediante la propaganda, sino porque la mayoría de los
creyentes ya tenían una fe muy débil, meramente social-costumbrista; en la vida
práctica eran ya ateos o perezosos intelectuales, carecían de formación-estudio
y entrenamiento-endurecimiento muscular en la fe.
La fe hay que regarla y fortalecerla, practicarla no meramente mediante
rituales y costumbres, sino fortalecerla mediante sus tres pilares:
conocimiento de Dios (incluyendo los argumentos poderosos de su existencia,
etc.), virtud en la vida diaria (ética privada y pública, compromiso solidario)
e intimidad con Dios (oración, meditación, mística). Sin esos tres elementos,
llega la tormenta y desarraiga fácilmente. Lo bueno de todo esto es que después
de esta “selección darwiniana” que elimina a los menos fuertes en la fe, quedan
en pie los sinceros, los formados, los comprometidos.
En La Casa de la Sabiduría nos especializamos en el diálogo y re-evangelización de corrientes nueva era o neopaganas, y corrientes materialistas como ateísmo y agnosticismo, etc.
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