martes, 21 de marzo de 2023

HIPATIA DE ALEJANDRÍA O LA HISTORIA FALSIFICADA

 

HIPATIA DE ALEJANDRÍA O LA HISTORIA FALSIFICADA 


Por Gabriel Wüldenmar

Contra lo que pretende la propaganda cinematográfica y literaria anticristiana (desde el deísta Voltaire hasta el agnóstico Carl Sagan, ambos anticristianos), que manipula esta historia, no fue un caso de persecución del pensamiento laico liberal o racional-iniciado por parte del oscurantismo religioso cristiano. En 1996, la historiadora María Dzielska, catedrática de Historia Antigua en Cracovia, publicó una extensa y documentada biografía sobre Hipatia de Alejandría, aclarando la verdad de los hechos narrados por las fuentes y las leyendas construidas en torno a ella.

Hipatia era creyente en Dios (aunque pagana) y simpatizante de los cristianos; muchos cristianos eran amigos y discípulos suyos (como su buen amigo, el obispo Teófilo), y era protectora de sus estudiantes cristianos. En aquella época y lugar hubo frecuentes matanzas y destrucciones de templos en que las víctimas eran de todos los signos (paganos, cristianos, judíos). Además, los incidentes se iniciaron en 391, cuando un grupo de paganos se atrincheró en el Serapeum y mató a varios cristianos. Tampoco es verdad, ni mucho menos, que Hipatia fuera despellejada, despedazada y desmembrada por los cristianos en una iglesia, como se ha dicho calumniosamente. Esta versión absurda es propaganda pagana-mitológica, como vemos en el hecho de que se parece demasiado a la muerte de Penteo (Orfeo), tal como la narró Eurípides en “Las Bacantes”.

Lo que ocasionó su muerte fue la lucha de poder entre dos “cristianos”, el obispo Cirilo y el prefecto Orestes, que contaba con el apoyo de Hipatia. Para colmo, ésta era odiada por las clases populares debido a que las despreciaba y sólo admitía discípulos varones de clase alta y, como buena platónica, excluía a las mujeres. No fue, pues, ese supuesto ejemplo de feminista; si fue virgen hasta su muerte trágica, a los 61 años (y no en la juventud como nos la presenta el cine anticristiano), no fue por consagrarse a su labor y prescindir de los hombres, sino como practicante de la “sofrosine”, doctrina filosófica que enseña el dominio de uno mismo a través de las virtudes entendidas como el control de los instintos y las pasiones.

Nunca fue la científica adelantada a su tiempo que nos ha querido hacer creer la propaganda mediática. Tampoco el obispo Sinesio pudo ser el culpable de su muerte, pues era su discípulo y la llamó[1] “madre, hermana, maestra y bienhechora”; éste no pudo ser el traidor y cómplice en el asesinato de la filósofa, ya que murió dos años antes que ella. De hecho, la Iglesia no era enemiga del saber (así, preservó y acogió el conocimiento del mundo clásico, por ejemplo a Platón o Aristóteles, que serían base de la filosofía cristiana medieval). Por ejemplo, el obispo Sinesio era un buen científico, que diseñó un instrumento para medir la densidad de los líquidos, que, muchos siglos después, llamó la atención del célebre matemático Fermat. Poco antes destacó como profesor de matemáticas Anatolio, obispo de Laodicea, que sintetizó la obra del gran matemático griego pagano Diofanto.

Hipatia jamás fue directora de la Biblioteca de Alejandría, ni ésta fue destruida por los cristianos, sino por Julio César, luego por Aureliano en 273 y por Diocleciano (perseguidor de los cristianos) en 297, emperadores paganos y algunos anticristianos. Hipatia ni siquiera había nacido cuando dicha biblioteca fue incendiada en cualquiera de las tres ocasiones. El cristianismo fue perseguido hasta el Edicto de Milán en el 313, pero no fue oficial ni se impuso hasta Teodosio (381). Por tanto es evidente que los cristianos no destruyeron esta Biblioteca, ni el imperio romano era “cristiano” cuando esta destrucción tuvo lugar. En realidad, los supuestos “cristianos” que asesinaron a Hipatia también mataron a varios líderes cristianos. Además, ni la religión pagana, ni la filosofía griega, ni las ciencias desaparecieron al morir Hipatia ni por el triunfo del cristianismo; por el contrario, los mayores desarrollos de la escuela de Alejandría tuvieron lugar en el s. VI (un siglo después de la muerte de Hipatia), y el paganismo siguió existiendo en Alejandría hasta la llegada de los árabes en el s. VII. Por su parte, los cristianos fueron los conservadores y recuperadores (en la Edad Media y el Renacimiento) de la filosofía platónica que profesaba Hipatia.

Las fuentes que aseguran que Cirilo fue el instigador de la muerte de Hipatia son poco fiables, por falta de imparcialidad: unas son textos que proceden de enemigos acérrimos de Cirilo, como Sócrates Escolástico (s. V, un letrado al servicio del patriarca de Constantinopla) y el hereje Nestorio, enemigo del patriarca de Alejandría, Cirilo. Otras proceden de autores paganos que hacen apología anticristiana, como el escritor pagano Damascio, que escribió “Vida de Isidoro”, una apología del paganismo (s. V - s. VI). Y otras son de masones militantes reconocidamente anticristianos y apóstatas (John Toland, activo militante del ateísmo en la Gran Logia de Londres en 1720; Voltaire, Edward Gibbon, Leconte de Lisle, etc.).

Por otra parte, es difícil que Cirilo fuera el visceral antifeminista que nos muestra la propaganda atea: precisamente Cirilo ha sido quien más ha exaltado, en la Historia de la humanidad, la condición femenina, pues a él se debe la expresión “Theotokos”, palabra griega que significa “madre de Dios”, para referirla a una mujer: María, la madre de Jesús. Hasta aquel momento nadie en la Historia había conseguido colocar a una mujer por encima de cualquier hombre.

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