En efecto, hay numerosos rasgos que afectan a abducidos y contactados
que sugieren un contacto que nada tiene que ver con verdaderos alienígenas sino
con demonios. Todos los elementos que citamos son reportados por muchas
personas que no se conocen entre sí y que no conocen los testimonios de los
demás, pero coinciden admirablemente (previamente desestimados, por supuesto,
los casos de trastornos mentales y fraudes).
Como los demonios tradicionales, los falsos “aliens” alteran en sus
víctimas las percepciones del entorno, pueden controlar sus mentes y
percepciones tomando cualquier apariencia y forma, por grotesca que sea.
Literalmente pueden poseer a las personas, es decir, sustituir sus mentes por
las suyas y controlar sus cuerpos y mentes para usarlos a su conveniencia. Como
los demonios, los pseudo-aliens pueden estar presentes de forma invisible
alrededor de sus víctimas y hacerse parcialmente visibles. Además, carentes de
cualquier forma de ética, imprimen marcas, producen heridas, arañazos de
garras, golpes, moratones, burdas lesiones y procedimientos terriblemente
dolorosos, completamente innecesarios y absurdos desde el punto de vista
clínico-científico y desde el punto de vista de una tecnología avanzada. Sus
víctimas son niños, mujeres y, en general, personas indefensas. Causan daños
ginecológicos graves, enfermedades desconocidas y muertes inexplicables. La
mayoría de los supuestos “implantes” no ha revelado una tecnología avanzada y
estos objetos tienen paralelos con los “daños” (objetos físicos llamados “aportes”
en parapsicología y demonología) implantados en el interior del cuerpo,
presentes en los casos de espiritismo y posesión diabólica.
Por otra parte, producen traumas emocionales, miedo, temor,
indefensión, engaño, degeneración del bienestar mental, social y espiritual,
caída en adicciones, desórdenes comportamentales, promiscuidad, obsesiones, y
destrucción de la vida personal y social (naturalmente, en teoría, esto podría
producirlo también un trauma causado por una verdadera interacción con
alienígenas). Es notable la obsesión de estos “seres” por la sexualidad
inapropiada (con niños, con desconocidos, por la fuerza, tomando los
alienígenas el aspecto del consorte difunto, de figuras religiosas, de
personajes, etc.), y por causar dolor (seres horribles que realizan torturas,
mutilaciones, despellejamientos, y amenazas de hacer todo eso para los que no cooperen)
en procedimientos completamente innecesarios, impuestos, reiterativos e
inexplicados. Otras veces sumergen a las personas en un estado de falsa
felicidad, pero la dejan mentalmente alienada, confusa, distante, perdida en
sensaciones o experiencias y obsesionada con doctrinas extravagantes.
Por otro lado, está la doctrina que imparten estos seres, que está
creando una verdadera mitología-religión moderna completamente fundamentalista
y acrítica en ciertos sectores “newagers”. Según esta doctrina, estos supuestos
alienígenas son nuestros creadores, dioses que controlan el mundo, ellos nos
guiarán en el próximo paso evolutivo espiritual cósmico (son los maestros).
Afirman que Jesucristo era uno entre tantos otros líderes religiosos o
jerarquías cósmicas, y que estos líderes estaban controlados por ellos o eran
los propios alienígenas. Enseñan el neopaganismo, ocultismo y metafísica new
age, el abandono del cristianismo, el panteísmo, el relativismo moral, el
pseudo-orientalismo, etc.
Es muy significativo que muchas personas afectadas por estas
experiencias han deseado convertirse en contactados o abducidos, han estado
involucrados en actividades New Age, espiritistas u ocultistas. El demonólogo
advierte que éstos son los mismos caminos que tradicionalmente abren las
puertas a la influencia y posesión diabólicas. Quizá sea significativo también
que el retrato de uno de los demonios-guia del satanista Crowley, llamado “Lam”
(1913), es virtualmente idéntico a un alienígena típico macrocéfalo “gris” de
los que supuestamente abducen y torturan hoy.
Pero lo decisivo es que miles de personas (el ufólogo del MUFON, Joe
Jordan ha recogido y documentado unos 4.000 casos en 10 años, cfr.
www.CE4Research.com y http://www.youtube.com/watch?v=dqTnqiuph4I&feature=channel&list=UL
y ss.) que aseguran (dato conocido y ocultado –por temor al ridículo- por
numerosos e independientes ufólogos) que la invocación del Nombre de Jesucristo
es capaz de detener estas experiencias malignas, hacerlas adquirir su verdadero
y horrendo rostro (sin la máscara alienígena) y, finalmente (cuando la persona
se entrega a Cristo y abandona el ocultismo), librar a las víctimas para
siempre de las mismas, cambiando completamente sus vidas hacia la liberación y
la salud mental y física. Virtualmente es el único elemento, de cualquier tipo,
capaz de detener estas experiencias, lo que habla claro de su origen.
Para saber más, visita:http://lacasadelasabiduria.com/obras.php)
Buenos dias.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con ud.
He sido ufólogo, espiritista y hipnólogo más de 25 años y recientemente abandoné todo al darme cuenta que estas cosas están envueltas en la NICROMANCIA.
Un fraternal abrazo en Cristo.