jueves, 29 de septiembre de 2011

¿QUIÉN GANA CON LA CRISIS?

¿QUIÉN GANA CON LA CRISIS? por Gabriel Wüldenmar Ortiz


En septiembre de 2011, el especulador financiero (“trader”) londinense Alessio Rastani declaró en la BBC que él y los que se dedican a lo mismo, sueñan con que haya más crisis, se mantenga y se reanude la recesión porque eso les hace ganar dinero; explica que ni a él ni a los grandes capitales les gusta que se arregle el problema. Por ejemplo, dijo: “Goldman Sachs dirige el mundo y mo les importa si se arregla o no la crisis porque es una oportunidad para hacer dinero, que es lo único que queremos.” Muchos economistas y financieros se le echaron encima por estas declaraciones, en las cuales lo único que ha hecho es expresar con sinceridad y conismo lo que todos desean, piensan y hacen, pero oficialmente niegan por aquello de conservar intacta la imagen del capitalismo.

Desde luego, no ha dicho ninguna mentira. Lucrándose con la crisis están individuos como Lloyd Blankfield, John J. Mack, Deven Sharma, George Soros, John Pailson, que son quienes controlan bancos, financieras o agencias de calificación como Goldman Sachs, Morgan Stanley, Moody’s, etc. Goldman Sachs, presidida por Lloyd Blankfield, tiene un inmenso poder, ha contado entre sus directivos con tres secretarios del Tesoro de USA (ministros de economía).

La Reserva Federal (banco central estadounidense y entidad privada disfrazada de pública) le permitió convertirse en banco comercial en 2008, justo a tiempo para, con la excusa de la crisis, recibir 10.000.000.000 de dólares de dinero público no se sabe bien para qué. Precisamente ser banca comercial le da otros privilegios que son ideales para el tiempo de crisis: comprar barato grandes empresas algo más pequeñas que están en problemas. Así, JP Morgan, Bank of America o Nomura, han aprovechado para adquirir Bear Stearns, Merrill Lynch o Lehman Brothers Holdings. Los grandes de los grandes son cada vez más ricos gracias a la crisis, así Morgan Stanley gano antes de la crisis (2005) 1.500 millones de euros, pero en plena crisis (2010) ganó 4.703 millones de euros.

Otro negocio de la banca comercial es aprovecharse de la desesperación de los estados, que se venden a saldo para salir a flote. Por ejemplo, la sufrida Grecia, con cantidad de recortes sociales a causa de la crisis, tiene que vender desesperadamente deuda pública a un interés lo más atractivo posible para obtener liquidez como sea, por eso está (septiembre 2011) colocando sus bonos a un año nada menos que a un abusivo 109% de interés, y el 81% de ese jugoso expolio del pueblo se lo llevan los grandes bancos alemanes y franceses.

Los fondos de inversión (“Hedge founds”) son otros vampiros aprovechados en época de crisis. Sólo en el segundo semestre de 2010, los 10 mayores ganaron 20.285 millones de euros (datos de LCH Investiments, 2011). El mayor de todos es el Quantum Foud, dirigido por George Soros y con base en el paraíso fiscal de Islaas Caimán, que gana cada 6 meses 35.000.000.000 de dólares. Le sigue Paulson&Co., que con la crisis de las hipotecas que produjo el hundimiento mundial, ganó 15.000.000.000 de dólares.

Luego está el tremendo poder de las agencias de calificación. Sólo dos compañías, Standard&Poor’s y Moody’s (dirigida por Raymond W McDaniel Jr) se encargan de avaluar la confianza del mercado de deuda internacional de los estados, crucial para la estabildiad económica de estos. En crisi, un estado vende deuda pública para poder salir adelante. Pues bien, estas dos compañías dicen hasta qué punto esos pagarés son dignos de confianza y por tanto si conviene comprar o no. A su sola voluntad se puede hundir a un estado en una crisis aun mayor simplemente lanzando rumores intencionados, muchas veces politicamente interesados. Pues bien, con sus manejos, se hacen millonarias con la tragedia de muchos países (Standard&Poor’s ganó 2.600 millones $ y Moody’s 2032 en 2010).

Para nosotros, se trata de individuos y grupos de presión empresarial que son poco más aue "ladrones de guante blanco" que deberían dar con sus hesos en prisión. La situación es tan grave que en 2011 se multiplican las declaraciones de dos Premios Nóbel de economía, los economistas Joseph Stiglitz y George Akelof criticando la corrupción del sistema. Akelof explica que “no se puede resolver la crisis económica sin que los criminales que cometieron el fraude estén en la cárcel”. Predice que al no castigar “a los delincuentes de cuello blanco” y al tomar medidas que facilitan cometer este tipo de delitos, se provocará “mayor destrucción de la economía en el futuro”.

Por su parte, Stiglitz denuncia que el sistema está diseñado para fomentar ese tipo de corruptelas y que las personas que han tenido la mayor responsabilidad en la crisis no están siendo sancionados, y que aunque se les multara con un 5% o 10% de las ganancias que han obtenido, seguirían viviendo a pleno lujo. “El sistema está diseñado para que si te pillan, la multa sea sólo un número muy pequeño comparado con el fraude cometido. Es como una multa de aparcamiento, a veces tomas la decisión de aparcar en un sitio a sabiendas de que podrían ponerte una multa”, señala el premio Nobel, que asegura que “habría que meter a muchos de los responsables en la cárcel”, y se pregunta “¿vamos a confiar en quienes nos metieron en esta situación para sacarnos de ella?”. Tiene razón.

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lunes, 12 de septiembre de 2011

¿PARA QUÉ SIRVE LA CRISIS?

¿Para qué sirve la crisis?. Por Gabriel Wüldenmar Ortiz
No nos engañemos, la crisis no es sólo una evidencia de la debilidad del sistema capitalista, sino también una maniobra de dicho sistema, con diversas utilidades:


1) Enriquece rápidamente a unos pocos mediante la especulación a costa de la sociedad

2) Es un pretexto perfecto para que desde el poder, al servicio de bancos y empresas, se ingrese dinero público a esos bancos y empresas

3) Es una excusa perfecta para retroceder en derechos sociales y laborales y en libertades públicas

4) Elimina a los competidores empresariales más débiles (pequeñas empresas familiares), allanando así el camino a las grandes empresas más fuertes (multinacionles).

Es nuestro grave deber moral luchar contra todo aquello que oprime y deteriora la paz y la properidad justas de todas las sociedad de la Tierra por igual, para favorecer a unos pocos en lo que constituye una flagrante injusticia de muerte, miseria y angustia para la mayoría, una ilusión materialista, egoísta e insolidaria que asola la naturaleza y destruye la dignidad humana.

Es nuestra responsabilidad de personas de bien y, en su caso, de servidores de Dios, erradicar un sistema socio-económico monstruoso que fabrica pobres en serie, que mata al día a 100.000 personas de hambre y miseria, que condena a 300 millones de niños a la esclavitud en favor de nuestras multinacionales y marcas, que permite 1.000 millones de parados y empleo precario, que fomenta dictaduras, represión y soluciones por la violencia.

Parafraseando a nuestro glorioso mártir en Cristo, Monseñor Oscar Arnulfo Romero: "En el Nombre de Dios, que cese la represión".

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